Una causa sin precedentes que tardó dos años en resolverse luego de que se constatara que, pese a que la creencia popular asegure que "Dios está en todas partes pero atiende en capital", el altísimo carece de un domicilio en la tierra hasta el cual el tribunal pueda hacerle llegar una citación para declarar.
Tampoco se encontró a un abogado que pudiera representarlo, pues hasta donde se sabe sólo el diablo dispone de esta clase de instrumentos jurídicos. Sin embargo, el veredicto aseguró el normal desarrollo de la justicia en Rumania, ya que, de haber aceptado la tesis de Mircea, la reacción en cadena por parte de los miles de reclusos del sistema penitenciario rumano no se habría hecho esperar, produciendo un desalojo masivo de las cárceles.
Fuente: Noticias locas
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